Uno de los propósitos estrella al comenzar el año es el de modificar nuestros malos hábitos: adelgazar un poco, en el caso de que nos sobre, y hacer más deporte, algo que la mayoría de la gente solo practica en su juventud. El propósito de enmienda se agudiza después de los excesos navideños, en que quien más y quien menos se ha cargado con un par de kilos. Por eso, durante las primeras semanas de enero vemos cómo aumentan los pacientes de las consultas de dietética y nutrición y suben como la espuma las inscripciones a los gimnasios.
Buena parte de esos buenos propósitos no sobreviven al trimestre, pero aún así, me parece positivo. Si nos vamos concienciando de que tenemos que mejorar nuestra salud a través de la dieta moderada y el ejercicio, tarde o temprano lo conseguiremos. ¡Seamos optimistas y empecemos tantas veces como sea necesario! A lo mejor, al terminar el siguiente año nos encontraremos en la línea de salida de la San Silvestre de nuestra ciudad junto con otros muchos deportistas que no dejan de cuidarse en Navidad para terminar el último día de diciembre en plena forma.
Me parece que es una magnífica forma de culminar un año de esfuerzo y satisfacción por haber sido capaces de mejorar nuestro estilo de vida. ¿Te animas a marcar este objetivo en tu calendario? Ya sabes que estoy a tu disposición para ayudarte a conseguirlo. Mientras tanto, te deseo un Feliz año 2013.
