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La importancia del ciclo de comidas en la pérdida de peso

comida sana

Cuando comenzáis una dieta siempre os insistimos en la importancia de mantener un ciclo correcto de comidas. No es una cuestión menor en la estrategia de pérdida de peso, sobre todo en los efectos a largo plazo. Por una parte, hablamos de que es necesario realizar cinco comidas sin saltarse ni una. 

Se trata de mantener a nuestro metabolismo activo el mayor tiempo posible y equilibrar las dosis de las sucesivas ingestas. Y por otra, tenemos que gestionar adecuadamente el ciclo de la nutrición. Sé que en muchos sitios de Internet se dice que el número de comidas no es relevante, e incluso, como en las llamadas dietas de ayuno intermitente, se aboga por largos períodos sin ingerir alimento a lo largo del día. Mi experiencia profesional de más de veinticinco años me indica que la prescripción de cinco comidas resulta siempre la más eficaz.

Al contrario de lo que mucha gente piensa todavía, concentrar la alimentación en menos ocasiones (por ejemplo, no desayunar, o no cenar) no ayuda a adelgazar, sino todo lo contrario. Se supone que este principio está ya suficientemente extendido y que todo el mundo debería conocerlo, pero sigo encontrándome en la consulta a muchos obesos que ignoran la importancia de mantener las cinco comidas. Comen dos o tres veces al día y concentran el mayor volumen de alimentos en las horas nocturnas, lo que es un error básico.

Dada la enorme preocupación que existe a nivel mundial por el aumento imparable del sobrepeso, contamos cada vez con más estudios científicos que avalan la tesis que los endocrinos transmitimos una y otra vez a nuestros pacientes. Es el caso de un estudio publicado por el International Journal of Obesity. En Timing of food intake predicts weight loss effectiveness se analiza la eficacia de la planificación alimenticia en la pérdida de peso.

En el experimento que han realizado los investigadores se demuestra que de un grupo de personas sometidas a la misma dieta, quienes retrasan la hora del almuerzo, adelgazan con más lentitud. Además, estos individuos son los mismos que desayunan de forma insuficiente y tienden a comer más en las últimas horas del día, algo que tampoco es lo recomendable. Como comida principal, la cena debe ser más ligera que el almuerzo y, sobre todo, hay que evitar cualquier ingesta a partir de dos horas antes de acostarse.

Te recomiendo que repases tus costumbres horarias para alimentarte y que las corrijas de acuerdo con estos principios básicos:

  • Desayuna en cuanto te levantes. Hay que activar el metabolismo lo más pronto posible.
  • A media mañana toma un tentempié ligero. Más o menos, a las tres horas de haber desayunado.
  • A mediodía, realiza una de las comidas principales, con dos platos y postre. Procura no retrasar la hora del almuerzo.
  • A media tarde, toma otro tentempié ligero, también a las tres horas de haber comido.
  • Por la noche, toma una cena más suave que la comida. Por eso, conviene que en ella siempre incluyas verdura y pescado. Es importante que pasen al menos dos horas antes de irte a la cama.
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