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Ejercicio moderado para frenar el envejecimiento

El envejecimiento es una carrera en la que todos participamos, y cuya meta hemos de alcanzar, aunque no nos guste en absoluto. Sin embargo, aquí el que gana no es el que llega el primero, sino el que va en los últimos puestos. Nuestro organismo está diseñado para avanzar imparable hacia el declive, pero no se trata de ponerle las cosas fáciles. En los últimos años hemos visto cómo aumenta la esperanza de vida de las personas y también cómo muchos individuos llegan a la senectud con un balance físico bastante aceptable. En ello influye la alimentación y la mejora de las condiciones ambientales, pero también el hecho de mantener un estilo de vida activo. Este último aspecto marca la diferencia entre quienes cumplen muchos años llenos de achaques y los que alcanzan la vejez con un estado de salud vigoroso.

Y para conseguirlo, más allá de productos y tratamientos caros y sofisticados, la clave está en mantener regularmente un nivel de ejercicio moderado, como complemento a una alimentación equilibrada. Las recetas no son nuevas, pero no por eso vamos a dejar de recordarlas en cuanto tengamos ocasión. Lo que importa es que nos convenzamos de que con un esfuerzo muy controlado podemos mantenernos ágiles y retrasar los efectos negativos de la edad. Aquí os indico algunas prácticas sencillas que tienen que ser tan habituales para nosotros como desayunar cada día:

  •  Camina, camina y camina: algo tan leve como andar a diario no menos de veinte minutos o media hora es fundamental para mantener el tono muscular y la flexibilidad.
  •  Haz ejercicio de cierta intensidad: basta con un deporte sencillo, que requiera una combinación de períodos cortos de alta intensidad con períodos más largos de baja intensidad contribuye significativamente a activar tu sistema hormonal y a detener el deterioro celular. Por ejemplo, intercala algunos segundos de paso más intenso en medio de tu trayecto habitual de caminante. Esta misma idea se puede aplicar a una actividad deportiva más formal, como la natación, el running o el ciclismo.
  •  Aumenta tu resistencia muscular mediante ejercicios de fuerza: aquí no pienses solo en la típica imagen de un deportista levantando pesas en un gimnasio. Se pueden fortalecer la musculatura con ejercicios basados en manejar el propio peso de tu cuerpo. El próximo día hablaremos de algunos de ellos.
  •  Procura hacer estiramientos con regularidad: en este caso, también se puede practicar una tabla de estiramientos, una medida necesaria en la actividad deportiva. Pero como mínimo, intenta estirarte como un gato en cuanto tengas ocasión, después de un tiempo de descanso o tras pasarte varias horas sentado delante del ordenador.
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