La investigación científica constata que se trata de una patología con multiplicidad de factores, algo fundamental a la hora de determinar los síntomas y las vías de tratamiento.
Los expertos han detectado diversos condicionantes que influyen en la obesidad de las personas, y que van más allá del hecho de que se mantienen unos hábitos alimentarios inadecuados, que conducen a la acumulación de grasa. Vamos a citar los más importantes:
Factores económicos: se ha descubierto que existe mayor presencia de la obesidad en las clases sociales bajas de los países desarrollados e incluso en los que se encuentran en vías de desarrollo y han superado las fases más graves de la desnutrición general.
Ambiente obesogénico: presente cuando entre los progenitores o los responsables de la unidad de convivencia destaca la alimentación desordenada y la conducta sedentaria.
Factores fisiológicos: la presencia de estados alterados del sueño, el funcionamiento de la microbiota intestinal y alteraciones de orden endocrino pueden generar un metabolismo ineficaz que favorezca la acumulación de grasa. No obstante, no suele tratarse de los factores decisivos en el sobrepeso para la gran mayoría de la población.
Sedentarismo: está comprobado que la actividad física tiene mucho que ver en el balance nutricional. La forma de vida del mundo moderno no encaja bien con un metabolismo humano orientado a la frugalidad y al ejercicio físico. La vida sedentaria que caracteriza a la sociedad actual influye muy negativamente en el gasto energético.
Factores psicológicos: la relación entre el estado de ánimo y la alimentación contribuye a explicar muchas situaciones de sobrepeso, y más cuando tenemos fácil acceso a la comida, y sobre todo a alimentos que introducen satisfacciones y bienestar momentáneos, con un efecto análogo a otras sustancias adictivas. El desequilibrio psíquico y emocional ha convertido a la comida en un recurso muy relevante a la hora de combatir estados de melancolía e incluso depresión.
Este conjunto de factores lleva a que el abordaje del tratamiento de la obesidad tenga un carácter multidiscplinar, que excede las terapias exclusivamente relacionadas con el cambio de los hábitos alimenticios.
Es evidente que la llamada cura de adelgazamiento forma parte de la primera etapa básica para restituir la salud a un organismo enfermo, pero no es más que una fase de un proceso largo y complejo, en el que habrá que aplicar otras medidas.
En todo caso, nos ayuda a confirmar la gravedad de la situación, con una patología que ofrece muchas caras y que, por otra parte, está detrás de la aparición de un creciente catálogo de enfermedades graves que las personas obesas sufren sobre todo a partir de la mediana edad. ¡Tenemos que tomárnoslo en serio!
